Los benditos canabalienses que me sacuden a estas horas...
Quién gosaría maltratar a un escarabajo mientras este muerde el hilo del filamento?
No podria jamas perdonarse.
Ni hablarse.
Con un melontoniano.
Tal como el honorífico Eric Placton, cantante melontoniano.
Entona sus canciones con ballenas acústicas.
Grandes conciertos
Pronto en sus stores.
O en sus estomagos.
Quien sabe
Sabrá
o no?
quizás.

Como todo buen melontowniano sabe, el tiempo sólo es una ilusión óptica humana y perríl (por eso se inventó el mito de que los gatos tienen 3132723423^5 vidas, aunque año tras año de estupidez humana ha ido perdiendo cifras hasta llegar a las 7 de hoy en día). Es por eso que querría disculparme por la tardanza y afirmar que nuestro blog no esta muerto, aún.
Y hablando de tiempo ... nunca lo había pensado pero resulta que los años terrestres lunares que tenemos en Melontown resultan ser diferentes de los que tenéis ahí en la tierra mediocre de las desoportunidades, dicho de otra manera, noMelontown. Resulta que los melonaños suelen durar 3132723423^5 dias, lo cual resulta ciertamente paradójico ya que además de coincidir con lo de los gatitos es el numero del DNI de todos los habitantes de Melontown, ya sean pajaros espongiformes o vacas con estampado en zig-zag. En fin, no nos desviemos, seamos realistas y asumamos la realidad, todos sabemos que un año en esta montañosa y verde (por aquello de los melones) tierra, el tiempo pasa volando ... cuidado que aquí viene, agacharos!

Bien, vamos a describir un poco cómo viven los melontonianos. Una casa normal de una familia de melontonianos ni rica ni pobre y de unos 15 miembros es de 30 mandriles melónicos, unos 40 metros cuadrados (medida humana), podemos deducir, pues, que son seres inmensos. Los suelos son fabricados en plutonio para que se les vuelva la piel amarilla con la radiación. Porque es bien sabido entre los malacatonianos que cuanto más amarilla se tenga la piel, menos posibilidades hay de que salga el sol. Volviendo a las viviendas, debemos mencionar que cada individuo de la casa tiene de media unas 10 habitaciones para él solo, una para dormir, otra para jugar, otra para cambiarse de ropa, otra para pestañear, otra para respirar, otra para masticar chicle, otra para hacer palmadas, y así un sinfín de habitáculos con utilidades diversas que varían en número según el poder económico de la familia. En el lavabo podemos encontrar un set magnífico de cubiertería, así como un sofá para echar la siesta. Por último, los techos de estos seres estan hechos de helio, cosa que hace que cada 20 segundos un individuo tenga que gasear el techo por que sino se quedarian sin. Ésta es una casa normal en el país de Malacatonia.

Hasta ayer!

Bien, debemos situar Malacatonia en el mapa que tenemos en casa, o bien con el globo ese que intenta imitar la tierra (aunque todo el mundo sabe que la tierra es esponjiforme) Melontown
esta situada al sur-norte de Malacatonia y esta, a su vez, esta situada entre Fondo de Bikini (bien conocida por sus habitantes) y un lugar de cuyo nombre no me quiero acordar (cosa que además supone un grabe problema para sus habitantes cada vez que salen de vacaciones). En Melontown podemos encontrar todo tipo de comercios: tiendas de refrescos calientes extra-gaseados servidos sobre recipientes cónicos sin posa-vasos, kioskos donde se venden cuadernillos triangulares con diversas letras cuadradas pintadas al revés (ya que los habitantes de
esta conocida ciudad están acostumbrados a leer con el estomago pegado a tierra) y ,sobre todo destacar, los famosos restaurantes de Melontown, donde cada día sirven desayunos de confeti radiactivo y cenas de atún rebozado con guarnición de pimientos disecados al ajillo,
todo un manjar para los entendidos.

¡Bienvenidos a Melontown!
Antes de nada, voy a explicaros un poco sobre qué es esta ciudad. Pues bien, Melontown es la capital de un país llamado Malacatonia. Este pais es conocido también como el país del absurdo. Allí el surrealismo es parte de la vida cotidiana de los habitantes. Ya por la mañana, antes de levantarse, cantan villancicos silvestres con sabores de frutas tropicales. Sus cantos suelen despertar algunos aviones herméticos que casualmente pasan por ahí y provocan lluvias radioactivas de confeti que les llena los platos del desayuno. Ahora solo tienen que comer y seguir con su vida absurda.
Todos los habitantes de Melontown viven haciendo cosas absurdas y/o surrealistas. La mayoría acaban siendo presidentes de paises, o escritores de novelas terrorifica-pacificas o cantando melodias desentonadas por el uso de las notas contrastadas con el sonido de un trueno que baila la conga haciendo eses al cual le entran dolores de entrañas y muerde comedores inactivos de marmotas encafeinadas.
En fin, creo que queda bastante claro que es lo que se tiene que hacer en este blog... sinó, me lo podeis preguntar a mi o... o a Breton o sinó a una avestruz patidifusa!

Buenos mediodias de noche.